Cuantificar correctamente el estrés mecánico con una transición adecuada
La transición, para algunos, es la parte más complicada del paso al minimalismo. Sin embargo, si se realiza correctamente y, sobre todo, escuchando a nuestro cuerpo, no debería representar ningún problema.
Cada persona con la que hables te dirá algo diferente. Es normal, cada cuerpo reacciona de manera distinta y lo que a uno le va bien, a otro puede que no, así de simple. Lo que está claro, y para mí es el único consejo posible, es ESCUCHAR A TU CUERPO. A partir de ahí, la progresión será más rápida o más lenta.
Para poder realizarla de la mejor manera posible, debemos entender el concepto de ADAPTACIÓN. La adaptación es lo que nos permitirá hacer la transición de forma correcta hacia el minimalismo. Será diferente para cada persona y variará en función de muchos factores.
Una adaptación a nuevos estímulos, que han estado ausentes debido al calzado amortiguado, debe ser muy progresiva, ya que nuestros tendones, ligamentos, huesos y músculos deben acostumbrarse a su nueva forma de trabajar.
También debemos considerar otro término clave: el ESTRÉS MECÁNICO. Este no solo está relacionado con el deporte que practicamos, sino también con otras variables como nuestro trabajo y las actividades de nuestra vida diaria. Para prevenir lesiones durante nuestra adaptación al minimalismo, debemos aprender a cuantificar el estrés mecánico que soportamos a diario.
Debemos generar un nivel mínimo de estrés para crear las adaptaciones necesarias, ya que, si nos excedemos o no alcanzamos el nivel adecuado, podríamos correr el riesgo de sufrir lesiones o, por el contrario, no generar las adaptaciones necesarias.
«El cuerpo se adapta siempre y cuando el estrés aplicado no supere su capacidad de adaptación».
Precaución si…
– Hay dolor durante o después de la práctica deportiva.
– Rigidez matinal.
Estos serán indicadores de que hemos sobrepasado nuestra zona de adaptación, con el consiguiente riesgo de lesión.
El siguiente vídeo, aunque está en inglés, explica muy bien todo lo que hemos mencionado hasta ahora.
También debemos saber que nuestra capacidad de adaptación (línea roja) puede variar de un día a otro, ya que puede verse afectada por diferentes factores como:
– Fatiga.
– Ansiedad.
– Estrés psicológico.
No existe una regla universal para hacer la transición, por lo que debemos tener en cuenta todo lo mencionado anteriormente.
Sin embargo, basándonos en lo explicado, el punto de partida más recomendado es la «regla del minuto».
Puedes ver en qué consiste en el siguiente vídeo:
¡No hay mejor guía que escuchar a tu cuerpo!
Espero haber podido ayudaros. Algunos quizá esperaban una receta mágica en forma de entrenamiento, pero como podéis ver, todo es mucho más sencillo. Paciencia y, sobre todo… sin prisas, disfrutando de todos los nuevos estímulos y sensaciones que vais a experimentar.
Óscar González Masana
Fisioterapeuta Col. núm. 3000
La Clínica del Corredor